''Invisibilidad visible''

 AUTORRETRATO MI
NIMO + PRECARIO 👽👽👽

A veces cedo al acto de ser invisiblemente visible. A veces me fundo en mis miserias y mis fortunas, en mis alegrías y mis penas, en mucha penumbra y luego en luz.  

Me fundo, en el más recóndito lugar de mi interior como único espacio de regocijo.

Desaparezco. Me vuelvo invisible sin pensarlo, me reintegro intentando continuar, estar ahí pero no puedo. No es intencional, simplemente es un trance sincrónico entre mi cabeza y mi corazón cumpliendo un trato. Es un estado de transmutación obligatorio, casi un mecanismo de defensa que se activa cada que lo siento necesario. Ahí, sucede lo inevitable, lo posible e imposible. Ahí, donde se comienza a tejer una vibra tan cálida y tranquila, pero a la vez tan intensa y amarga como una contradicción. Llegan esos intrínsecos días de solo sentir, de convertirme en lo invisiblemente visible, de estar y no estar, de simplemente zambullirme en las profundidades del alma y el corazón. Allí, donde se vislumbra una danza entre lo demoniaco y lo seráfico de mí y de lo que soy. Desaparezco. No es intencional, y tampoco es a mal, por fortuna, es pasajero. Estar inmersa en el océano de pensamientos, sentimientos y estados me genera equilibrio, me permite encaminarme nuevamente a mi esencia, a lo que he decidió construir como proyección viva. Todo se convierte en una danza, en una coreografía que se aprende a sortear cada vez que aparece. Es necesario verse, escucharse, silenciarse, alejarse y conectarse de nuevo. Probar el agridulce sabor de la soledad y el silencio ensordecedor que suscita desde el fondo es necesario.